abril 02, 2005

La visita

      Don Matías se sobresalto con el silbido de la pava. Se había sumergido en su lectura y el agua hirvió. Fue hacia la cocina y recordó a Sara enfriando el agua con un chorrito de la canilla. Quizás más por superstición que por pericia, nunca compartió el método de su esposa: El agua del mate no debía hervir.
      Cambió el agua de la pava y esta vez se quedó en la cocina a esperar. Se quedó contemplando el campo a través de la ventana. En el gran jardín florecían los jacarandás y las acacias. En el horizonte se notaba aún los rastros de alguna inundación pasada.
      Mientras cebaba el primer mate presintió que alguien más andaba allí. Agudizó sus oídos, pero inmediatamente dejó la idea. Sabía que estaba solo. Lo estaba desde hacía 10 o 15 años. No lo recordaba exactamente. En realidad, tampoco importaba. Ya se sentía solo desde antes, desde la muerte de Sara.
      Sin embargo, en el living descubrió a don Pedro hurgando en su biblioteca. Era un Pedro de unos treinta y tantos y no obstante un Pedro que reflejaba la sabiduría de un anciano.
      Sin mirar a su padre, Matías se cebó un mate y dijo,
      -- Nunca se te fue esa manía de mirar bibliotecas ajenas. ¿Seguís buscando personalidades entre los lomos de los libros?
      -- Sí, y a vos no te vendría nada mal tener alguna que otra lectura ligera, algún Condorito entre tanto Dostoievski y Nietszche. O por lo menos algún cuentito del padre Brown -- dijo Pedro volviéndose a su hijo.
      -- Quizás le de una oportunidad a Chesterton uno de estos días -- y se tomó el mate de un sólo sorbo.
      Con una sonrisa, Pedro hizo explícito que el comentario se había repetido más de un par de décadas atrás en una vieja conversación. Matías jugó a ignorarlo y Pedro se limitó a contemplarlo. Finalmente y como falto de paciencia, Matías dijo:
      -- ¿Qué querés, papá? -- Llamativamente no se sentía incómodo llamando "papá" a una figura veinte años más joven que él.
      -- Verte. Hace años que quería volver a verte. Me sentía privado del placer de contemplarte. Jamás deje de disfrutar el simple hecho de verte crecer, de verte descubrir, de verte indagar, probar, intentar. Todavía te veo bebé, golpeando incesantemente con tu palma en la mesa. Te veo con dos años tratando de patear una pelota. Te recuerdo adolescente escondiendo las borracheras nocturnas. Recuerdo tus discusiones de joven mientras formabas tus propias opiniones. Debe haber sido duro discutir conmigo. Siempre me expresé como si mis opiniones fueran las más sólidas. Siempre las esgrimí como si fueran obvias.
      -- No recuerdo que te equivocaras -- dijo Matías mirando su mate.
      -- Pero sí me equivoque, -- replicó Pedro de inmediato. -- Te he hecho sentir impotente e indefenso en esas discusiones. Como padres, siempre cometemos errores. Nos juramos no hacerlo cuando nuestros recuerdos visitan nuestra juventud, pero aún así... Cuando yo cumplía los treinta, vos ya empezabas a tener forma en mis sueños, inclusive antes de que tu madre fuera importante en mi vida. Cuando naciste, yo me sentí pleno. Te vi crecer, a vos y luego a tus hermanos, y más tarde a tus hijos. He disfrutado cada segundo, y eso vos lo sabés bien. De la misma manera que sabés que te he extrañado estos últimos 15 años. Respeté tu elección (parcialmente, lo sé) pero no pude dejar de extrañarte, de desear que estuvieras cerca mío. No llores, Matías. No estoy aquí para hacerte llorar. Sólo he venido para decirte que acabo de morir y que sé que aún me querés, y para pedirte que vuelvas con tu madre y con tus hijos para volver a mí.
      Matías finalmente miró a su padre quien ahora con 95 años lo contemplaba con una suave sonrisa satisfecha. Tranquilamente, Pedro se levantó y, tocandole cariñosamente el hombro, le dijo:
      -- Matías, hijo, despertate. El agua del mate está hirviendo.
      Don Matías se sobresaltó con el silbido de la pava y el libro cayó de sus manos.

10 Comments:

Blogger Sugus said...

...Tan conmovedor. Tan cercano.
Gracias Don Ego, la espera valió la pena.

abril 03, 2005 10:52 a. m.  
Blogger Sugus said...

Don Ego, una pregunta curiosa no tan fuera de contexto: ¿alguna vez ha ido usted al "Caldero de los Cuenteros"?

abril 03, 2005 7:17 p. m.  
Blogger AGP said...

uauuuuu!!! muy muy muy lindo!!! me gusto muchio... Igual k el el blog de sugus!! Nada mas k decir!!!;)

abril 03, 2005 8:25 p. m.  
Blogger Sugus said...

Don Ego, pase Ud. por mi blog, en el sitio que quedamos para recibir su famoso premio...

abril 04, 2005 2:48 p. m.  
Blogger Sugus said...

Le dejo el mensaje por acá por si no lo lee en otro lugar, superados los obstáculos técnicos, ya está su propuesta de premio en el lugar convenido.

abril 05, 2005 4:33 p. m.  
Blogger Sugus said...

Don Ego, le digo que yo entiendo que es usted - porque usted mismo se ha ocupado de señalarlo veinte veces - una persona ocupadísisisima, pero tiene usted sólo este fin de semana para decir si acepta alguno de sus premios, en mi blog. Caso contrario, habrá vencido su derecho a él.
Ya bastante tengo con esperar que Cobani dé señales de vida (me tiene bastante preocupada su mudez) para que usted encima se haga el interesante con lo del premio. Pongáse las pilas, por favor!!

abril 08, 2005 4:29 p. m.  
Blogger Pedro said...

Ay Sugus! Que impaciencia!! Me hace usted interrumpir mis labores!

Debo confesarle que su premio me dejo perplejo. Que lo reconoci cuando la Libertad se asomo a mi blogspot. Que lo vi en el suyo y me dejo perplejo. Que es altamente apreciado y que me encanto. Que aun sigo perplejo. Que junto con su premio vino otro premio suyo que da como corolario el premio dado y que me gusto tanto o mas. Que usted debe comprender que es la primera vez que hago publico mis cuentitos-hobbies y que sentarme entre cuenteros me asusta un poco. Que a la vez me gustaria. Y que aun sigo perplejo.

abril 08, 2005 4:54 p. m.  
Blogger Sugus said...

Bueno, posteo acá, no repetiré en mi blog! En primer lugar, gracias, me ha hecho reír muchísimo con su perpleja perplejidad. Estoy sola en mi trabajo y cualquiera que me viera me tomaría por loca, con lo cual seguramente acertarían!
Segundo, me alegro que acepte!
A ver, no se haga problema por sentarse entre cuenteros, porque yo también he ido en alguna ocasión y he sido solo espectadora
A veces las "sesiones" son mejores que otras. Pero son abiertas, no requiere invitación.
Si va, preguntele a Cobani mi nombre verdadero (no lo pondré acá) asi se presenta ante el César Vargas como mi amigo (que ya lo somos, no?)
Hoy, en la Biblioteca Córdoba se presenta un libro de poetas cordobeses - entre ellos gente que conozco como el León y el Piro Garro,editado en Francia, con CD incluido, que dicen que está muy bonito. Allí le diré al Leoncito que un día de estos ud. irá por el Caldero ¿de acuerdo? Y si se anima, relatará alguno de sus cuentos. Y sino, no importa. Avise si va, si podemos, en una de esas le hacemos la barra entre varios de los blogs.
Y tercero, siga trabajando nomás.

abril 08, 2005 5:35 p. m.  
Blogger Tux Maniac said...

Sr. del Ego,

Mucho ego, mucho ego, pero a la hora de los bifes, arruga...
Hoy me levanté más psicópata que nunca. Quizás sea el sueño, la tos o la vida misma.

abril 09, 2005 12:35 p. m.  
Blogger Sugus said...

Che, qué tanto lío con este premio, caramba.
Yo sólo le conté de dos lugares que pensé podrían interesarle, dada su natural inclinación a escribir cuentos.
Ya dije que puede ir a escuchar, como tantos que a veces vamos.
Estuve averiguando que para leer alguno propio, para empezar debe el interesado ir como una hora antes para acordar con los organizadores.
¡que no cunda el pánico! Relájese y disfrute el premio.

abril 10, 2005 4:16 p. m.  

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